Los neurotransmisores y su relación con los trastornos mentales
El papel del glutamato, el equilibrio excitación-inhibición y su relación con depresión, ansiedad, autismo y esquizofrenia.
Los neurotransmisores y su relación con los trastornos mentales Resumen ejecutivo: Los neurotransmisores son los mensajeros químicos que permiten la comunicación entre neuronas a través de la sinapsis . En psicología y neurociencia, comprender cómo se regulan —en especial el glutamato y el GABA — es clave para explicar síntomas y tratamientos en psicopatología (depresión, ansiedad, trastorno bipolar, autismo, esquizofrenia). Evidencias recientes refuerzan una idea central: cuando se rompe el equilibrio excitación–inhibición (E/I) , emergen conductas y estados emocionales desadaptativos. Este artículo sintetiza la investigación clásica y actual —incluido un estudio del CSIC en Cell Reports — y la integra con hallazgos de 2022–2025 para ofrecer una explicación clara, práctica y actualizada. ¿Eres parte de nuestra comunidad? Si te interesa la psicología basada en evidencia y la neurociencia aplicada, te invitamos a seguirnos en nuestra fanpage de Facebook: facebook.com/estudiandopsicologia.info . Compartimos resúmenes, infografías y debates semanales. ¿Qué …
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Psicólogo social, conferencista y docente.
31 comentarios
Anónimo
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Anónimo
El equilibrio entre excitación e inhibición en el cerebro, regulado principalmente por el glutámato y el gaba, es esencial para el funcionamiento mental saludable. En el documento que leí se muestra como pequeñas alteraciones en el balance, especialmente relacionadas con el gen GRIK4 y los receptores de Kainato, pueden generar desequilibrios en circuitos claves como la amígdala y la corteza prefrontal vinculados a trastornos como ansiedad, depresión y autismo. Esta perspectiva ayuda a entender que no hay una única causa, sino microdesbalances específicos que afectan diferentes regiones y funciones cerebrales.
Daniela Samia Gonzalez Garcia
Además del papel de los neurotransmisores, es fundamental entender cómo el estrés crónico y las adversidades en etapas tempranas de la vida afectan el equilibrio entre excitación e inhibición en circuitos cerebrales como el fronto‐límbico (prefrontal y amígdala). Estas experiencias pueden modificar la vulnerabilidad a trastornos como la depresión y la ansiedad, dejando “huellas” duraderas en la función cerebral. Esto resalta la importancia de no solo considerar factores biológicos, sino también ambientales y de vida en el desarrollo y tratamiento de los trastornos mentales.
Anónimo
Puedo agregar que estos microdesbalances en la señalización excitatoria e inhibitoria puede alterar la comunicación entre neuronas, dificultando la regulación emocional y el procesamiento cognitivo, Además la interacción entre factores genéticos como GRIK4 y el ambiente puede potenciar estas alteraciones.
Daniela Gonzalez
En cuanto a los mecanismos celulares y moleculares, los receptores de kainato, especialmente los subtipos GRIK1 y GRIK4, ubicados en el hipocampo, regulan el flujo de información dentro del circuito trisimpático (un circuito neuronal implicado en la formación y recuperación de memoria). Estos receptores glutamatérgicos modulan la excitabilidad neuronal y, por tanto, la señalización dentro de este circuito.
Las alteraciones en la señalización glutamatérgica, que incluyen la función de los receptores de kainato, pueden influir notablemente en dos procesos importantes: la formación y consolidación de recuerdos, y la regulación del miedo condicionado. Estas disfunciones tienen un impacto relevante en trastornos neuropsiquiátricos, como el Trastorno por Estrés Postraumático (TEPT) y otros trastornos de ansiedad, donde la memoria del miedo y su contextualización están alteradas.
Chirlex Xiomara Rivera
Me parece muy relevante cómo explica el papel de los receptores de kainato en la modulación del circuito trisimpático y su relación con la memoria y el miedo condicionado. Quisiera agregar que estas alteraciones en la señalización glutamatérgica no solo afectan la formación de recuerdos, sino que pueden perpetuar estados emocionales desadaptativos como la ansiedad crónica, al dificultar la correcta contextualización del miedo.
Eimy Gabriela Chavarría.
Un dato poco mencionado es que los receptores de kainato también influyen en la plasticidad sináptica heterotópica, es decir, la capacidad de una neurona de ajustar sus conexiones dependiendo del contexto de otras neuronas cercanas, no solo de su propia actividad. Esto significa que pequeñas variaciones en la función de GRIK1 o GRIK4 pueden modular cómo se integran y priorizan los recuerdos de miedo, explicando por qué algunas personas desarrollan recuerdos traumáticos persistentes mientras que otras no, incluso con experiencias similares.
Eimy Gabriela Chavarría.
La amígdala es la parte del cerebro que regula el miedo y la ansiedad. Cuando hay demasiado glutamato (que “acelera”) o muy poco GABA (que “frena”), la amígdala se vuelve hiperactiva y la persona puede reaccionar con miedo o ansiedad ante situaciones normales, como hablar en público, recibir críticas o incluso cruzar la calle ante un sonido inesperado. El estrés crónico, las experiencias difíciles en la infancia o la falta de apoyo social pueden empeorar este desequilibrio, haciendo que la amígdala esté más sensible y la corteza prefrontal tenga menos control sobre las emociones. La buena noticia es que terapias psicológicas, como la exposición gradual o la terapia cognitivo-conductual, ayudan a “reprogramar” estos circuitos, fortaleciendo el control de la corteza prefrontal sobre la amígdala y reduciendo la hiperreactividad. Además, estudios muestran que cambios pequeños en receptores específicos, como los de kainato (GluK4), también pueden revertir la hiperexcitación, lo que demuestra que los problemas emocionales no son siempre causados por un desorden químico general, sino por microdesbalances en circuitos específicos del cerebro, y que con intervención adecuada es posible recuperar un equilibrio saludable en las emociones y la conducta.
Eimy Gabriela Chavarría.
Lo que demuestra que los problemas emocionales no son siempre causados por un desorden químico general, sino por microdesbalances en circuitos específicos del cerebro, y que con intervención adecuada es posible recuperar un equilibrio saludable en las emociones y la conducta.
Joharis romero
Me parece que tu comentario refleja muy bien la relación entre el desequilibrio glutamato–GABA y la hiperreactividad de la amígdala en ansiedad, y lo explicas con ejemplos cotidianos que facilitan la comprensión. Además, conectas de manera acertada la biología con la intervención psicológica. Como complemento, a la luz de la guía de lectura, podrías integrar el papel de los receptores de kainato (como GluK4), ya que los estudios recientes muestran que incluso variaciones pequeñas en su expresión pueden alterar el balance excitación-inhibición en la amígdala y generar conductas ansiosas o depresivas. Esto enriquece tu reflexión porque refuerza la idea de que no solo el “exceso de glutamato” explica la ansiedad, sino que existen microdesbalances en circuitos específicos, los cuales pueden revertirse tanto con moduladores farmacológicos como con terapias psicológicas que promuevan plasticidad adaptativa.
David montoya
Estoy de acuerdo con lo que mencionan. Me pareció muy interesante sobre los microdesbalances, porque justo la guía resalta que no es un problema global sino de circuitos concretos. Y lo que añaden sobre los receptores de kainato me ayudó a entender mejor cómo incluso un cambio pequeño en algo como el GluK4 puede afectar la amígdala y generar síntomas. Creo que esto confirma que los tratamientos tienen que ser integrales, desde lo biológico hasta lo psicológico.
Hariel Ferrufino
El equilibrio entre excitación e inhibición en el cerebro no depende solo de glutamato y GABA, sino también de la acción de interneuronas específicas, la plasticidad sináptica y factores como la neuroinflamación y la epigenética. El estrés crónico y las experiencias tempranas adversas pueden dejar huellas duraderas en circuitos, alterando el balance y aumentando la vulnerabilidad a trastornos como ansiedad, depresión o autismo. Comprender estos procesos desde una perspectiva integradora que une biología, ambiente y experiencia permite explicar mejor la complejidad de los trastornos mentales y orientar intervenciones más efectivas tanto farmacológicas como psicológicas.
Lorelis Barrera.
Excelente aporte, solo agrego que el glutamato es el principal neurotransmisor que activa las neuronas y favorece el aprendizaje mientras que el GABA es el que calma y regula esa actividad , Si este equilibrio se altera por estrés, genética o experiencias tempranas, aumenta el riesgo de ansiedad, depresión o autismo como ya lo habías mencionado por eso es clave estudiar cómo trabajan juntos en distintos circuitos para mejorar los tratamientos.
Anónimo
Claro el aporte ya dado es muy sólido y preciso para completar y enriquecer aún más la información podría me clonar algunos puntos clave adicionales que incluyen aspectos moleculares, celulares y contextuales.
1- Diversidad de interneuronas y rol específico. 2- Plasticidad homeostática. 3- Influencia del sistema inmune y la neuroinflamación . 4- Rol de eje Hipotálamo-Hipófiso-Adrenal (HHA). 5- Interacción con factores epigenéticos. 6- Redes neuronales y dinámica oscilatpria. 7- Implicaciones terapéuticas novedosas.
Anónimo
El equilibrio entre excitación e inhibición en el cerebro funciona como si fuera un sistema de control: el glutamato "enciende" la actividad neuronal y el GABA la "modera". Cuando este balance se rompe, incluso un poco, puede cambiar nuestra forma de sentir y actuar. Por ejemplo,si en la amígdala hay demasiada activación, se pueden intensificar las respuestas de miedo o ansiedad. Si ocurre en la corteza prefrontal, que organiza y regula nuestra conducta, puede disminuir el autocontrol y afectar la manera en que nos relacionamos con los demás.
Martha Cruz
El equilibrio entre excitación e inhibición (E/I) en el cerebro mediado por neurotransmisores como el glutamato (excitatorio) y el gaba (inhibitorio), es fundamental para el correcto funcionamiento cerebral y su alteración esta vinculada a diversos trastornos psicológicos. El glutamato es el principal neurotransmisor excitatorio en el sistema nervioso central regular y la excitabilidad así como procesos cognitivos como la memoria y el aprendizaje. Por otro lado el GABA es el neurotransmisor inhibitorio más potente actuando como freno para la actividad excesiva neuronal y es clave en la regulación del humos y emociones. Cuando este equilibrio E/I se rompe puede generarse un aumento persistente de la actividad excitatoria o una reducción de la inhibición lo que conduce a síntomas en trastornos como ansiedad, depresión, esquizofrenia, trastorno bipolar.
Suah Romero
Muy de acuerdo contigo, es nteresante cómo el equilibrio entre excitación e inhibición en el cerebro afecta nuestra salud mental. El glutamato activa la actividad neuronal y ayuda en procesos como la memoria y el aprendizaje, mientras que el GABA actúa como freno, regulando emociones y evitando la sobreexcitación. Cuando este balance se rompe, puede aparecer ansiedad, depresión, esquizofrenia o trastorno bipolar. Por eso es importante que los tratamientos combinen estrategias farmacológicas, terapias psicológicas y cambios en el estilo de vida para restaurar este equilibrio y mejorar el bienestar.
David montoya
Tienes mucha razón, Justo explica que este desequilibrio no siempre afecta todo el cerebro, sino que depende del circuito, como la amígdala o la corteza prefrontal. Eso me ayudó a entender por qué dos personas con el mismo diagnóstico pueden mostrar síntomas tan distintos. Y sí, creo que lo más importante es lo que mencionas: combinar medicamentos, terapia y hábitos de vida, porque cada cosa aporta un poco para que el cerebro recupere su balance.
Ester Martinez
Un ejemplo clínico de esta alteración del equilibrio E/I se observa en un paciente de 28 años con trastorno bipolar tipo I. Durante una fase maníaca, los estudios de neuroimagen mostraron niveles elevados de glutamato en la corteza prefrontal y la amígdala, lo que coincidía con síntomas de impulsividad, disminución de la necesidad de sueño y verborrea constante. En fases depresivas, en cambio, se detectaron niveles reducidos de glutamato y actividad inhibitoria alterada por déficit de GABA, lo que se relacionaba con apatía, lentitud cognitiva y anhedonia. Este caso ilustra cómo el desajuste dinámico entre excitación e inhibición, mediado por glutamato y GABA en circuitos emocionales clave, puede explicar la oscilación clínica de un mismo paciente.
Anónimo
Me parece fundamental la idea de que muchos trastornos no se explican por un único “exceso de glutamato”, sino por microdesbalances localizados en circuitos específicos. Esto ayuda a entender por qué la ansiedad puede vincularse a una amígdala hiperexcitada, mientras que los déficits sociales podrían tener más relación con un mal equilibrio E/I en la corteza prefrontal. Además, el hecho de que la normalización de la dosis de GRIK4 en modelos murinos revierta los síntomas sugiere que incluso pequeños ajustes neurobiológicos pueden tener un impacto clínico enorme. Esto plantea un horizonte esperanzador para terapias de precisión, donde moduladores específicos de receptores glutamatérgicos se combinen con psicoterapia para “reentrenar” la plasticidad sináptica de los circuitos afectados.
Joharis romero
Un aspecto que me llamó mucho la atención es cómo el documento subraya la importancia de “mapear circuitos y no solo síntomas”. Muchas veces en psicopatología se tiende a buscar un diagnóstico global, pero la evidencia del equilibrio excitación-inhibición (E/I) muestra que la localización del desbalance cambia radicalmente la expresión clínica. Por ejemplo, un desajuste en el hipocampo puede relacionarse con problemas de memoria y TEPT, mientras que en la corteza prefrontal puede generar impulsividad y dificultades sociales. Esto invita a replantearnos los diagnósticos tradicionales hacia perfiles más personalizados, donde la terapia farmacológica y psicológica se dirijan a restaurar la dinámica de los circuitos implicados, más que a encasillar en etiquetas generales.
Anónimo
Me parece interesante como miramos la configuración de nuestro cerebro como una serie de circuitos y como las alteraciones del GABA y GLUTAMATO pueden afectar de manera significativa el estado de una persona. Por ejemplo alguien con trastorno de ansiedad puede estar pasando por un exceso de glutamato o una baja inhibición de el. Me pareció interesante que el TEA, haya aparecido en ests explicación ya que muchas personas me han preguntado las causas de este. ChatGPT dijo: Claro, aquí tienes tu texto más fluido, formal y con un matiz más preciso:
Me resulta interesante cómo concebimos el funcionamiento de nuestro cerebro como una red de circuitos interconectados, y cómo las alteraciones en neurotransmisores como el GABA y el glutamato pueden influir de manera significativa en el estado mental y emocional de una persona. Por ejemplo, en los trastornos de ansiedad, se ha observado que un exceso de actividad glutamatérgica o una disminución en la inhibición mediada por GABA puede contribuir a la sintomatología. También me llamó la atención que se mencionara el Trastorno del Espectro Autista (TEA) dentro de esta explicación, ya que con frecuencia surgen preguntas sobre las posibles causas de esta condición y cómo los desequilibrios neuroquímicos podrían formar parte de su comprensión.
Ana Iris Meza Castillo
Me parece impresionante cómo la psicología moderna ya no se enfoca solo en el ‘desequilibrio químico’ general, sino en el contexto específico en el que actúan neurotransmisores como el glutamato y el GABA. La idea del equilibrio entre excitación e inhibición como base de muchos trastornos emocionales y conductuales hace pensar en lo delicado que es el sistema nervioso. El estudio del CSIC muestra que pequeñas alteraciones genéticas pueden tener un gran impacto en la conducta, lo que abre puertas para terapias más precisas y personalizadas.
David montoya
algo tan pequeño como un desbalance entre glutamato y GABA, pueda tener tanto impacto en la conducta. Yo siempre había escuchado que la depresión o la ansiedad eran por falta de serotonina, pero aquí entendí que el equilibrio excitación–inhibición explica mucho mejor cómo aparecen los síntomas. El ejemplo del gen GRIK4 me pareció súper interesante, porque muestra que hasta un leve aumento en la excitación de la amígdala puede generar ansiedad y depresión.
Ester Martinez
Correcto. Por ejemplo una mujer de 32 años con trastorno de ansiedad generalizada que no respondió a los antidepresivos convencionales dirigidos a la serotonina. Estudios de espectroscopía (¹H-MRS) mostraron en su caso un aumento en la actividad glutamatérgica y una reducción de GABA en la amígdala, lo que explicaba su estado de hipervigilancia constante y la dificultad para “apagar” la respuesta de miedo. Cuando se probó un tratamiento experimental con un modulador glutamatérgico, su sintomatología disminuyó notablemente. Este caso confirma que, más allá de la serotonina, un desbalance E/I en la amígdala puede ser el verdadero motor de síntomas ansiosos y depresivos.
Anónimo
Prueb
Me parece fascinante cómo el equilibrio entre glutamato y GABA puede explicar tantas diferencias clínicas en bipolaridad, ansiedad y TEA. Ver al glutamato como “acelerador” y al GABA como “freno” ayuda a entender que no se trata solo de exceso o déficit, sino de cómo interactúan en regiones sensibles como la amígdala. En el trastorno bipolar, el desbalance dinámico explica los cambios bruscos de estado de ánimo. En el TEA, el exceso de excitación neuronal ayuda a comprender la hipersensibilidad sensorial y las dificultades sociales. En la ansiedad, la amígdala sobreactivada muestra por qué el miedo se vuelve tan intenso y difícil de controlar. Lo interesante es que no son “fallas aisladas”, sino desequilibrios de redes completas. Esto abre la puerta a tratamientos más específicos, no solo farmacológicos, sino también terapias que modulen estos circuitos.
Ester Martinez
Me parece fascinante cómo el equilibrio entre glutamato y GABA puede explicar tantas diferencias clínicas en bipolaridad, ansiedad y TEA. Ver al glutamato como “acelerador” y al GABA como “freno” ayuda a entender que no se trata solo de exceso o déficit, sino de cómo interactúan en regiones sensibles como la amígdala. En el trastorno bipolar, el desbalance dinámico explica los cambios bruscos de estado de ánimo. En el TEA, el exceso de excitación neuronal ayuda a comprender la hipersensibilidad sensorial y las dificultades sociales. En la ansiedad, la amígdala sobreactivada muestra por qué el miedo se vuelve tan intenso y difícil de controlar. Lo interesante es que no son “fallas aisladas”, sino desequilibrios de redes completas. Esto abre la puerta a tratamientos más específicos, no solo farmacológicos, sino también terapias que modulen estos circuitos.